El niño terrible

Entrevistado: Jaime Bayly, de niño (más cerca a la adolescencia).
Locación: En su casa de campo.
Fecha: Un sábado de agosto de 1977.

Yo: Se viene el Día del Niño, ¿hacen algo ese día?

Jaime Bayly: No. Bueno, mi mamá nos lleva a misa como todo domingo y luego nos prepara unos postres.

Yo: ¿Qué te gusta hacer en tus ratos libres?

J.B: Me gusta mucho leer y jugar fútbol.

Yo: ¿Hincha de algún equipo?

J.B: Del Sporting Cristal.

Yo: ¿Con quién lo juegas?

J.B: Con algunos de mis hermanos.

Yo: ¿Con tu papá también?

J.B: No, con él no.

Yo: ¿Por qué?

J.B: Porque tiene una pierna mala.

Yo: Ah...muy difícil jugar así, por no decir imposible.

J.B: Se ve que no has visto a Garrincha.

Yo: Es cierto. Tal vez lo de tu papá sea otra cosa, no sé...

J.B: Que no quiera jugar conmigo.

Yo: ¿Por qué dices eso?

J.B: Como a mí no me gusta jugar a pelear con él ni ir a cazar, ya no quiere hacer cosas conmigo.

Yo: Debe haber algo que hagas con él...

J.B: Jugamos ajedrez, aunque cada vez menos. Al parecer no le gusta perder ni conmigo.

Yo: ¿Te gustaría que tu papá cambie?

J.B: No sé si me gustaría que cambie él o que cambie yo.

Yo: ¿Y por qué tu duda?

J.B: Porque con mis hermanos parece no tener ningún problema. Tal vez el problema sea yo.

Yo: No pienses así. Todos somos especiales con nuestra propia forma de ser. Igual, si pudieras cambiar algo de tu papá, ¿qué sería?

J.B: Su cojera. Yo creo que eso lo pone de mal humor.

Yo: ¿De grande te gustaría ser como él?

J.B: Él no va a saber de esta entrevista, ¿no?

Yo: No. No te preocupes. No va a enterarse.

J.B: No, no me gustaría.

Yo: ¿Y cómo tu mamá?

J.B: Como ella sí, tal vez. Aunque preferiría ser como mi tío Bobby.

Yo: ¿Por qué?

J.B: Es que él siempre está contento y hace lo que quiere.

Yo: ¿Cómo te ves de acá a un año?

J.B: No sé. Por lo menos lejos de aquí.

Yo: ¿Así? Si tu "yo" de grande regresara en el tiempo, ¿qué te gustaría que te diga?

J.B: Que soy feliz, libre y sin nada que ocultar.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Don Ramón, el mejor

Dos madres, dos estilos

Tom y Willie: Mucha brillantez, poco éxito