Tom y Willie: Mucha brillantez, poco éxito

Yo: La primera pregunta se las quisiera hacer a ambos. ¿Por qué esta obsesión de siempre perseguir y querer atrapar a sus presas o víctimas; es decir, Jerry y al correcaminos? No creo que ya solo sea por querer comérselos, ¿o sí?

Tom: Yo sí y creo que para molestarlo también.

Yo: ¿Pero qué te hace?

Tom: El odio entre gatos y ratones es algo natural. Y, otra cosa, ratón en la casa es que el gato no sirve. ¿Entiendes lo que quiero decir?

Yo: ¿Y en tu caso, Willie (el coyote)?

Willie: Lo mío se convirtió en un reto con el tiempo, en una guerra de talentos; su velocidad versus mi inteligencia.

Yo: Sí veo que planificas y ejecutas -o intentas ejecutar- reales trampas mortales, empleando muchos conocimientos de química y física. Insisto, ¿por qué esta terquedad que ya parece no tener sentido?

Willie: Puedes ser un genio como yo, pero cuando un ser despreciable te hace caer a abismos todo el tiempo porque te sorprende por la espalda con un "beep beep" o te saca la lengua en la cara a cada momento, es lo que le da sentido a mi terquedad.

Yo: Tom, tal vez Willie podría darte algunos consejos para que puedas hacerte de tu presa.

Tom: Dime algo, ¿él alguna vez atrapó al correcaminos?

Yo: No que recuerde.

Tom: Bueno, yo sí he atrapado a Jerry varias veces.

Yo: Entonces eres tú quien podría ayudar a Willie. ¿Qué opinas de eso, Willie?

Willie: No me hagas reír. Es muy fácil acorralar a alguien dentro de los límites de una casa, distinto es hacerlo en medio del desierto contra la criatura más rápida del planeta. Me gustaría que ese gatito intente chapar a Speedy Gonzáles, por ejemplo.

Yo: Para ir cerrando esta interesante conversación, ¿cuáles son sus próximas estrategias para finalmente atrapar a esos quienes les quitan el sueño?

Willie: Yo he de seguir empapándome de conocimientos científicos. Profundizar en cuanto a la fuerza de la gravedad y la ley de gravitación universal de Newton. Esto para poder calcular hacerle impactar un objeto, en referencia a la distancia. Estudiar sin tregua la ley de Boyle-Mariotte para tender trampas utilizando la relación inversa de la presión y el volumen cuando se acerque a la pendiente del desierto.

Yo: Todo eso solo me confirma lo mucho que sabes. ¿Y cuál es tu estrategia, Tom?

Tom: Si te la digo, Jerry se entera de esta entrevista y nunca se da.

Yo (en mi mente): Creo que el que más sabía no era el coyote.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Don Ramón, el mejor

Dos madres, dos estilos